Loreto Matilla, periodista y presentadora de deportes de TPA, ha relatado su incursión en un mundo predominantemente masculino, como es el de los deportes.
Loreto es una mujer a la que le han inculcado el amor por el deporte desde muy pequeña, lo que sumado a su vocación periodística y su buen hacer delante de las cámaras, han hecho de ella una profesional a la que podemos ver en el canal del Principado de Asturias. La presentadora es una de las pioneras en algo que, cada vez con más frecuencia, vemos en la televisión; mujeres que en los informativos y otros espacios televisivos se hacen cargo del área de deportes.
Está claro que para llegar alto es necesario tener una buena preparación, un amplio conocimiento del tema y desempeñar el trabajo con soltura, pero ¿es el físico una ventaja a la hora de conseguir trabajo?
Sin duda, algo que llevamos observando en los últimos años es que se busca un determinado perfil a la hora de escoger presentadora: una chica guapa, delgada, con un maquillaje y peinado perfecto, que cuide su imagen tanto o más que su dicción, en definitiva, una mujer que nos entre por el ojo, que llame la atención a primera vista.
Claros ejemplos de esta dinámica son la conocidísima Sara Carbonero, Ainhoa Arbizu y Lara Álvarez, entre otras. Todas ellas chicas jóvenes y espectaculares, con un currículum en el que empiezan desde lo más alto.
Si echamos un vistazo atrás, podemos recordar a grandes periodistas como Olga Viza y María Escario, que también se adentraron en un terreno que, a priori, está dedicado a los hombres.
La diferencia entre unas y otras es clara, antes se buscaba el rigor informativo, profesionales con una trayectoria a sus espaldas…, actualmente y pese a quien le pese, todo eso queda a un lado y la belleza se consolida como principal factor para optar a un trabajo frente a las cámaras.
Nosotros como docentes debemos dotar a nuestros alumnos de conocimientos amplios y sólidos y desvincularles de la errónea idea de que la imagen es lo único que vale, en definitiva, formar ciudadanos preparados, con una disposición férrea para conseguir sus objetivos mediante el esfuerzo y el trabajo diario.
Sirviéndome de la aportación de otra de las ponentes (Carolina Martinez), podemos decir que se ha producido un salto cualitativo: “De María Escario a Sara Carbonero”.
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